Diálogo con terroristas ¿A favor o en contra?
Cualquier estudiante de Derecho sabe la diferencia entre Derecho Privado y Derecho Público. En el Derecho Privado hay dos partes que negocian las condiciones de una contraprestación en términos de igualdad. En el Derecho Público también hay una contraprestación entre dos partes, pero ya no hay términos de igualdad porque una parte (administración pública) impone sus condiciones a la otra parte (particular). Si el particular no cumple se le penalizara mediante una privación de libertad o una sanción económica.
Por ejemplo en el Derecho Público, los particulares tenemos la obligación de pagar los impuestos, y si no lo hacemos nos sancionaran económicamente. Otro ejemplo, los particulares en una carretera con un vehículo tenemos la obligación de desarrollar una velocidad igual o menor a la establecida en una señal para esa carretera, y si sobrepasamos esa velocidad pues nos pueden imponer una sanción económica.
Pero centrándonos en el caso que nos atañe. Los particulares también tenemos la obligación de no matar, de no secuestrar, de no extorsionar, de no amenazar, de no poner bombas. Y si hacemos todo esto nos van a privar de libertad como manda el Código Penal. Tenemos que concienciarnos que todas las leyes de este país, incluido el Código Penal, están aprobadas en el Parlamento, en el cual hay representantes elegidos por nosotros, y por lo tanto aplicando el principio de soberanía nacional, las leyes son las que son porque nosotros mismos las hemos querido.
Es necesario mentalizarse que los terroristas no son liberadores justicieros de las causas justas, son delincuentes mafiosos cuyo objetivo principal es el amedrentamiento a la sociedad para que se le entregue la soberanía nacional y así implantar una dictadura. Frente a esto la sociedad tiene que actuar como lo haría frente a cualquier delincuente, con la eficacia policial y la acción de la justicia, porque se supone que todos los delincuentes son iguales ante la ley. Además valores humanos como la vida, la integridad física y la libertad nunca pueden ser objetos de negociación. Tal vez todo esto nos cueste sangre, sudor y lágrimas pero a corto o a largo plazo acabaremos con la lacra del terrorismo.
Un dato histórico: en 1938 el que fuera primer ministro británico Chamberlain dialogaba con el dictador Hitler creyéndose que así se aseguraba la paz en Europa. Un año después Hitler invadía media Europa. Esto es un aviso para navegantes.
Muchos de los que están a favor de la negociación con terroristas tienen el pobre argumento de decir que con los anteriores gobiernos también se negociaba. Esa argumentación del “y tú más” o del “pues anda que tú” no nos sirve, si los anteriores gobiernos también negociaban con los terroristas pues mal hecho, pero lo que nos importa es el presente y sus efectos en el futuro.
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